Armado con su martillo, Thor, dios del trueno, protegía al mundo. Su atributo más famoso era su poderosa fuerza, superior a la de todos los demás. Era enorme, con el cabello, la barba y las cejas rojas y unos ojos rojos feroces y centelleantes. La principal ocupación de Thor era masacrar a los gigantes que amenazaban constantemente al mundo de los dioses y al de los hombres. Thor buscaba activamente a estos seres con la intención de aniquilarlos, y cuando hallaba uno alzaba su martillo sin dudarlo. Si alguno de los demás dioses era amenazado, podía recurrir a él, que se presentaba al instante.
En tumbas escandinavas se han encontrado amuletos de plata y de otros metales que representan el martillo de Thor, lo que demuestra que la fe que se tenía en la protección de Thor. La mayoría datan de finales del siglo X y se han encontrado en Dinamarca y el sudeste de Suecia. Algunos son muy pequeños, de dos centímetros de largo, y muchos tienen anillas acopladas, lo que demuestra que podían llevarse colgados. Como símbolo protector, quizá fueran la versión pagana de la pequeña cruz que llevaban los cristianos. Se han encontrado moldes en que podían manufacturarse a la vez martillos y cruces, según los requerimientos de los clientes de creencias diferentes.
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