Es el hijo del dios celeste An. Su madre es Nammu, diosa del agua y de la creación. Vive en el Apsu, las profundidades acuáticas del interior de la tierra, fuente de toda fertilidad y vida orgánica. Como en Mesopotamia el agua también revestía una importante función mágica, se invocaba a Enki en conjuros mágicos y rituales, y por tanto era considerado coomo un sabio entre los dioses, a quien se consultaba para encontrar soluciones a cuestiones difíciles. Por otra parte, su apetito sexual y su debilidad por la bebida dan cuenta de la imperfección de la vida sobre la tierra.
No se trata de un dios bélico; la mayoría de sus antagonistas son varias diosas, la más notable de las cuales es Inanna, que la engaña para que ceda prerrogativas y poderes divinos.
Diosa sumeria con una compleja personalidad mitológica, resultado quizá del sincretismo entre una deidad sumeria local relacionada con Uruk y la deidad semítico-occidental de la estrella Venus, Ishtar, introducida por la dinastía acadia, regente a mediados del segundo milenio a.C., a la primera se la tenía por hija del dios del cielo supremo, An; a la segunda, por hija del dios de la luna, Nannar. La naturaleza dual del planeta Venus quedó plamada en esta deidad andrógina, y ello da cuenta de la relación de Inanna con el arte de la guerra, la agresión y el afán de poder, así como son el parto y la atracción erótica.
Los mitos subrayan la naturaleza irascible de Inanna y las consecuencias funestas de su cólera y su conducta sexual.
Hijo del dios supermo An, Enlil es el líder de los dioses y otorga la realeza. Reviste características de dios atmósférico, cuyas lluvias aseguran buenas cosechas, auqneu su temperamento impredecible lo lleva a lanzar plagas y diluvios sobre una tierra difícil.