En una inexpugnable fortaleza, un renegado señor de la guerra (Raúl Juliá) mantiene a 63 rehenes, a los que matará si no recibe un desorbitado rescate de 20.000 millones de dolares. El coronel Guile (Jean-Claude Van Damme) y una decena de hombres, héroes multiétnicos, tratarán de localizar y liberar a los secuestrados.
COMENTARIO
A comienzos de la década de los noventa, un videojuego causaba furor en los salones recreativos, un arcade de lucha que amasó grandes fortunas para la compañía Capcom, con el título de Street Fighter II (Secuela de otro éxito menor). y como no, una oportunidad para Hollywood para explotar otra vez la delgada línea turbulenta entre el universo interactivo y el séptimo arte. El encargado de trasladar la acción de un grupo de luchadores callejeros fue a manos del prestigioso guionista Steven E. de Souza (la primera y única en su vida), para lograr una de las obras cumbres del cine basura. Esta oda del escapismo y entretenimiento que parece una auto parodia, trasladaba el argumento de giraba sobre un torneo de artes marciales en una trama militar con compinches y señores de la guerra. Protagonizada por Jean-Claude Van Damme como el héroe de acción Guile que lucha contra el infame y ultra villano Bison, interpretado por el gran Raúl Juliá, lamentablemente su ultimo papel (Aceptó porque sus hijos eran fans del videojuego y lo hizo más por cariño que compromiso), Juliá hizo un gran papel, incorporando una seriedad que contrasta con el resto de personajes. Destacan las apariciones de Kylie Minogue como Cammy, Wes Studi como Sagat y Ming Na Wen como Chun-Li, entre otros. Esta película cuyo rodaje fue toda una odisea por cambios constantes en la producción en la que Souza tuvo que lidiar contra viento y marea; Van Damme desmadrado fuera del set de rodaje, problemas con el presupuesto, cambios constantes por presión de Capcom que causaban retrasos en el rodaje, además, de la enfermedad de Raúl Juliá que tuvo que rodar sus escenas con anticipación. La masacre por parte de la crítica y la respuesta negativa por parte del publico, que la defenestró aun más, fue el detonante para que esta gozosa película fuera catalogada como unos de los mayores fracasos de la historia del cine. Actualmente, reivindicada como una joya fuera de su tiempo y considerada como una idiosincrasia maravillosa que produce risas y desconcierto con un gran sentido audiovisual del cine más comercial, y, el trasfondo narrativo con muchos matices que merece la pena visionar; diálogos tan catárticos como socarrones cuyo resultado enmudece al más espabilado espectador y con una coreografía de luchas, tiroteos y explosiones tan vigoroso como aparatoso.