Kubrick era un director manierista al cien por cien, le gustaba tener un contro absoluto de sus obras. Bajo un perfeccionismo absoluta dejaba un aire de frialdad debido al excesivo control sobre sus actores y el resto del equipo técnico. Al fin y al cabo estamos ante un maestro del cine, un cineasta único que dejó un legado breve pero intenso como pocos. Una serie de obras maestras son la principal razón para llenarle de elogios.
Senderos de gloria
TÍTULO ORIGINAL: Paths of Glory
AÑO: 1957
DURACIÓN: 86 min.
DIRECTOR: Stanley Kubrick
GUIÓN: Stanley Kubrick, Calder Willingham, Jim Thompson (Novela Humphrey Cobb)
MÚSICA: Gerarld Fried
FOTOGRAFÍA: Georg Krause (B&N)
REPARTO: Kirk Douglas, Ralph Meeker, Adolphe Menjou, George MacReady, Wayne Morris, Richard Anderson, Joseph Turkel, Timothy Carey, Peter Capell, Sussane Christian, Bert Freed, Emile Meyer.
COMENTARIO
Kubrick rodó en lo que es ya un clásico, censurada en su momento por varios países como Francia y España. La escena de la batalla de un gran realismo que ya quisieran muchos conseguir. un reparto increible, encabezados por un gran Kirk Douglas. Immortal obra maestra.
ESPARTACO
TÍTULO ORIGINAL: Spartacus
AÑO: 1960
DIRECTOR: Stanley Kubrick
DURACIÓN: 196 min.
GUIÓN: Dalton Trumbo ( Novela, Howard Fast)
MÚSICA: Alex North
FOTOGRAFÍA: Rusell Metty
REPARTO: Kirk Douglas, Tony Curtis, Laurence Olivier, Peter Ustinov, Charles Laughton, Jean Simmons, John Gavin, Nina Foch, Herbert Lom, John Ireland, John Dall, Charles McGraw, Joanna Barnes, Harold J. Stone, Woody Strode, Peter Brocco, Paul Lambert, Nick Dennis.
COMENTARIO
Kubrick dirigió este clásico que al principio comenzó rodando Anthony Mann y que abandonó por discusiones con Kirk Douglas. El resultado, cerca de cumplirse el 50 aniversario desde su estreno, es una obra colosal, con un reparto estelar, lleno de personajes inolvidables, con un guión brillante y unas escenas con una gran puesta escena, todo ello encumbrado con un diseño de producción de lujo. La dirección es excepcional ya que las escenas de batalla son de una gran precisión, rodado con grandes planos angulares.
A pesar que el propio Kubrick renegó de la película porque no tuvo el control abosoluto, en mi opinión es su película más emotiva y menos fría, algo que siempre le ha acompañado en sus largometrajes.
El resultado; una de las mejores películas de la historia, un cine ya olvidado, y que en pocas ocasiones vuelve (Braveheart, Gladiator), obra maestra con mayúsculas.